Edición Especial Hoy en la Javeriana

/ COMUNICACIÓN CON EL PAÍS

El diálogo

con la Sociedad

POR: *José Vicente Arismedi C.

* Director de Javeriana Estéreo, 91.9 fm

La relación entre la Universidad y el país es multidimensional y compleja. Y fluye gracias a que no está concebida como un monólogo, sino como una oportunidad de constante escucha activa.

Hay quienes piensan que las universidades en general, y la Javeriana en particular, deberían estar pronunciándose constantemente a través de «comunicados» sobre lo que sucede en el país y el mundo. Pero el llamado a «tomar posiciones» sobre todo tipo de temas no solo es prácticamente imposible por la pluralidad de opiniones y posturas críticas que surge del quehacer académico dentro de estas instituciones, sino que podría terminar teniendo pocos efectos en un mundo ruidoso e inundado de información como el que vivimos, por cuenta de la comunicación electrónica. 

Adoptar una «posición» sobre cualquier fenómeno contingente es, ante todo, «quedarse quieto» frente a él y, aunque en temas como la defensa de la vida humana, la justicia y otros valores esenciales siempre será posible pronunciarse con firmeza, la actualidad noticiosa suele plantear escenarios movedizos donde es impensable e indeseable esperar opiniones oficiales para unas instituciones de las que se espera espíritu crítico y capacidad de análisis. 

La interacción constructiva y abierta con la sociedad que plantea la academia es distinta. Las raíces griegas de la palabra «diálogo» sirven para iluminar bellamente este importante papel social, emblemáticamente desempeñado por el filósofo Sócrates, cuyo método consistía (idealmente) en «encontrar la verdad a través de la palabra o la conversación». 

En sus sedes de Bogotá y Cali, la Javeriana dialoga con la sociedad a través de todo tipo de foros y certámenes académicos con temáticas que van desde los estudios de las células, la economía, las matemáticas y el arte hasta las encíclicas papales. En ese tipo de certámenes, en los que toman parte miles de personas cada año, se habla, se debate, se propone y se buscan respuestas. 

A otra escala, nuestra Universidad cuenta con medios para «hablarle» a la sociedad, para divulgar el conocimiento y establecer un contacto interactivo con todo tipo de audiencias, gracias a los adelantos de la era de las comunicaciones de comienzos del siglo XXI. El número de seguidores en las principales redes sociales, ese nuevo parámetro de popularidad que llegó con la electrónica, es mayor al de egresados y estudiantes activos. La audiencia de Facebook, para citar sólo un caso, supera los 130.000 usuarios. Cada mes consultan la página web de ambas sedes un promedio de 287.000 internautas del país y el mundo y las dos emisoras de radio de la Universidad en Bogotá y Cali son escuchadas por más de 100.000 oyentes. 

La Javeriana cuenta con dos editoriales pujantes, que publican 28 revistas científicas indexadas (13 de ellas con indexación internacional), y el año pasado lanzaron casi un centenar de libros de autores javerianos y externos; la multiplataforma de divulgación del conocimiento Pesquisa, que se publica en formatos de papel y electrónico, traduce los resultados de la investigación de profesores y estudiantes en conocimiento útil para la sociedad; la Revista Javeriana, que pronto cumplirá 90 años, promulga el pensamiento y las visiones de egresados e integrantes de la comunidad educativa. La comunicación con el país, en fin, tiene múltiples vías de acceso y circulación desde y hacia todos los públicos. 

Y hay diálogo también, por supuesto, en las aulas de clase, donde a través de un encuentro intergeneracional basado en el conocimiento, se buscan respuestas y nuevas preguntas a través de la conversación y el análisis. 

El diploma de la Pontificia Universidad Javeriana, ese sobrio documento mediante el cual se otorga a alguien el título profesional o de posgrado en nombre de la República de Colombia, es un mensaje a la sociedad colombiana y no solo la concreción de un logro personal de quien lo recibe y de su familia.

En los 90 años que han transcurrido desde la restauración, más de 186.000 personas, en su gran mayoría colombianas, han podido vivir ese momento emocionante de recibir el diploma en Bogotá y 32.000 en la seccional de Cali. La cifra total, de 218.000 egresados, equivale a que hubiera pasado por las aulas de la Javeriana una población mayor a la de la ciudad de Rochester, en el estado de Nueva York, Estados Unidos. 

El quehacer cotidiano de los egresados, al igual que los más de 31.000 estudiantes actuales, es la huella viva del impacto que nuestra querida Universidad ha dejado y sigue imprimiendo en la sociedad colombiana. Sus acciones evidencian la potencia y la proyección, en esta esquina de Suramérica, de la formidable empresa jesuita mundial que nació hace casi 500 años en Europa. 

Para que dicho impacto sea posible, un contingente de 2.500 empleados administrativos y 4.500 profesores despliega todos los días múltiples recursos y capacidades para que la comunidad académica javeriana de ambas sedes desarrolle y saque adelante el proyecto educativo. 

En el corazón de ese proyecto está la relación profesor-estudiante, factor fundamental del proceso de la formación integral que ofrece la Universidad. Esa relación, de acuerdo con el Proyecto Educativo Institucional, debe ser «honesta, equitativa, respetuosa y de mutua exigencia» y debe desarrollarse en el marco de una atención personal a cada alumno y profesor, característica tradicional de la educación de la Compañía de Jesús. 

El diálogo entre la Universidad y el país, entonces, es multidimensional y complejo. Y podríamos decir que fluye gracias a que no está concebido como un monólogo, sino, ante todo, como una oportunidad constante de escucha activa frente a una realidad llena de oportunidades de mejora en la equidad, la conservación del medio ambiente y la innovación constante. Es a partir de allí que la Universidad tiene algo para decir.

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